domingo, 4 de noviembre de 2012

Crisis Energética en America Latina


A pesar de tener una gran diversidad de matrices energéticas en la región, en los últimos años Latinoamérica ha sufrido por la falta de energía, la que ha originado una serie de problemas como apagones y además los gobiernos de la región debieron tomar importantes decisiones, por ejemplo en Ecuador se decretó un estado de excepción eléctrica. Esta crisis puede ser explicada por distintas causas, las cuales detallaremos a lo largo de este artículo.

Para comenzar, debemos señalar, según datos de la Organización Latinoamericana de Energía, la matriz energética de la región está compuesta principalmente por petróleo (43%), gas (26%), biomasa como carbón (14%), e hidroelectricidad (9%), lo que demuestra una alta dependencia a fuentes no renovables, contrario al gran potencial que América Latina tiene en materia de energías renovables como la geotermia, energía eólica y solar, y la energía hidroeléctrica.

Si bien esta última es utilizada, no se ha aprovechado la capacidad que nuestra región tiene, ya que dentro de esta se encuentran importantes cuencas hidrográficas como la del Amazonas, La del Río del Plata y la del Orinoco, sin embargo, uno de los problemas que afecta a esta matriz es el cambio climático y las sequías, que reducen la capacidad de producción, teniendo como resultado una gran cantidad de apagones durante el año 2009 en países con alto porcentaje de electricidad entregada por esa fuente, como Paraguay, Brasil y Venezuela. Otro problema es la alteración ambiental en los lugares donde se construyen las represas, debido a que se inundan grandes superficies.

Los gobiernos de cada país son otra de las causas de esta crisis por diversas razones. La primera, es la falta de inversión y de atracción de inversiones, lo que se traduce en poco mantenimiento de las centrales eléctricas, y en escasa innovación en nuevas centrales, las que permitirían diversificar la matriz energética, y además se podría explotar fuentes renovables de energía. El segundo, es que las decisiones sobre las políticas energéticas no son tomadas a largo plazo, y son fundamentalmente instauradas para solucionar problemas inmediatos, generando estas crisis cada cierta cantidad de años. Políticas a largo plazo disminuirían notablemente los problemas, y otorgarían oportunidades de nuevas inversiones. El tercer problema es que América Latina no tiene la suficiente integración, por ejemplo, Chile compra gas a países fuera de la región, debido a conflictos con Bolivia y Argentina, los cuales tienen reservas de este material.

Todo lo mencionado anteriormente,  nos deriva en posibles soluciones como la instauración de una política regional de desarrollo energético a largo plazo, la que debiera considerar los recursos que cada país tiene a través de políticas locales, y además apostando por las energías renovables, especialmente la energía hidroeléctrica, ya que, como mencionamos anteriormente, América Latina tiene gran cantidad de recursos de este tipo, aunque siempre manteniendo otra fuente de refuerzo, para cuando ocurran sequías.